Marcela González expone en Argentina en el Congreso IV ENAPOL
La académica Marcela González de la Escuela de Psicología expuso en la sexta versión del Congreso de Estudios Americanos de Psicoanálisis de origen Lacaniano en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, cuyo tema tema principal fue «Hablar con el Cuerpo». El Congreso fue organizado por la Escuela de Orientación Lacaniana de Buenos Aires (EOL), la Asociación Mundial de Psicoanálisis Lacaniano (AOL) y La nueva Escuela de Análisis Lacaniano y su objetivo fue poner en el tapete las nuevas orientaciones que ha ido tomando el psicoanálisis Lacaniano respecto a las denuncias que realiza sobre el exceso de clasificaciones del mundo contemporáneo y sus efectos en la salud mental.
El tema central del Congreso «Hablar con el cuerpo» está relacionado con las expresiones en el cuerpo, con las marcas, los piercing, los cambios de sexo, las posiciones femeninas y masculinas frente al encuentro, las tóxico dependencias. Todos los intentos de las personas por aferrarse a algo que en este minuto está en un desborde en todo sentido.
«Tiene que ver con cómo hay un desorden, un cruce de lo que son las normas sociales, lo establecido, donde se conservaba un cierto ordenamiento, donde primaba lo simbólico de las palabras, en los acuerdos, en el honor y que ha habido en los últimos 50 años, y quizás más, un volcamiento de eso y un traspaso de ese orden, encontrándonos ahora en una suerte de desregulación que implica tener que revisar dónde estamos y cómo de alguna manera generamos un actuar como psicoanalistas que implique tener algo que decir frente a este desajuste y este mundo un poco caótico que se presenta», señaló Marcela González.
La académica explicó que parte de este fenómeno tiene relación con la mercantilización de las relaciones sociales, incluso las amorosas, que lleva a transformar todo en objeto de consumo: «hay un empuje al goce desenfrenado y a la idea de que es posible alcanzarlo, cuestión que no es posible. La idea, un poco inoculada socialmente, que es posible tener todo lo que uno quiere, y que no es sólo posible, sino que es casi un derecho». Para Marcela González, lo que se produce es una necesidad de llenar el vacío que provoca el no encontrar la felicidad en las relaciones sociales, a través de la compra de objetos, del consumo de cosas.
El tema de la ponencia de Marcela González fue la sexuación que es el concepto con lo que los psicoanalistas se refieren a la elección inconsciente de sexo. Según explicó, la elección de sexo no es un dato de natura, no viene con el nacimiento, es una elección subjetiva, el proceso mediante el cual uno se hace cargo sobre cuál es su propio sexo, y en ese sentido tiene una noción de elección inconsciente y también de procesos.
«Lo que hice fue mostrar la relación que hay entre psicoanálisis y feminismo, algo así como un feminismo psicoanalítico, que es una corriente que me interesa mucho pensar y desarrollar, que intenta buscar los puntos de diálogo entre ambos campos disciplinares que han sido tradicionalmente disciplinas que, teniendo mucho que ver a mi entender, se han peleado mucho históricamente porque para el feminismo el psicoanálisis fue una de las teorías que ayudaba a mantener la devaluación de las mujeres, mantener el lugar de sumisión que hemos tenido tradicionalmente en la cultura. Entonces las feministas miraban con mucho prejuicio y mucha desconfianza al psicoanálisis».
Por su parte la académica explicó que el psicoanálisis tampoco ha sido muy amable con el feminismo: «los psicoanalistas pueden ser efectivamente reaccionarios y conservadores al considerar al feminismo como una expresión reivindicativa histérica, que es una exageración de un lugar masculino de las mujeres que no aceptarían la diferencia sexual y por lo tanto querrían parecerse a los hombres y activar su parte fálica que todas tenemos, pero que sería como esa lucha de reivindicación fálica estigmatizada por los medios sociales en general. Ha habido mucha lucha contra el movimiento feminista que a mi entender es la revolución más exitosa del siglo XX lejos».