Expertos norteamericanos y chilenos dieron a conocer propuestas para mejorar la vida escolar
Académicos de la Universidad de Massachusetts, Estados Unidos, e investigadores del grupo PACES (Programa de Apoyo a la Convivencia Escolar) de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y de la Universidad Diego Portales, participaron del Seminario Internacional ««Violencia y Discriminación en la Escuela: propuestas para mejorar la vida escolar»
«La violencia está en todas partes» dijo Karen Villalobos, orientadora familiar y coordinadora de la organización «Madre Protégeme» de Limache, al referirse a situaciones de agresión verbal y física ocurridas en la escuela. La profesional que asistió al Seminario Internacional «Violencia y Discriminación en la Escuela: propuestas para mejorar la vida escolar», dice que la experiencia le ha demostrado, la importancia que tiene el vínculo familiar como uno de los elementos claves para erradicar la violencia escolar.
Así también lo creen los académicos Javier Campos y Ximena Zúñiga de la Universidad de Massachusetts, Estados Unidos, quienes abordaron la discriminación y la violencia desde una perspectiva de justicia social. Para los investigadores, son gravitantes las estructuras internas que las personas llevan consigo desde la primera infancia. «Fenómenos tan potentes como el patriarcado, machismo, clasismo, racismo, están en la base de estas pequeñas manifestaciones de la violencia que se dan en los colegios» afirma Campos.
«Por lo general se trabaja la violencia como un hecho aislado, como un evento, se castiga a la niña que hizo tal cosa, pero lo que se está haciendo es conteniendo el problema pero no se está trabajando en la raíz de éste. Por eso, nosotros en conjunto, las tres Universidades estamos trabajando abordando el fenómeno de la violencia escolar desde una perspectiva más holística, más integral» agregó el académico, ex alumno PUCV y también investigador del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (PIIE).
El Seminario fue organizado por los investigadores Verónica López y Álvaro Ayala, ambos docentes de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso en el marco de un proyecto REDES de Conicyt. En el encuentro participaron más de 200 personas pertenecientes a los Departamentos de Convivencia Escolar de diferentes establecimientos de la región de Valparaíso, quienes debatieron acerca de las propuestas para mejorar la vida escolar de sus respectivos espacios laborales. La gran conclusión de profesores y técnicos estuvo centrada en «mirarse a uno mismo y trabajar en erradicar patrones de conducta discriminatorios».
Dicha reflexión está íntimamente relacionada con los planteamientos de la Dra. Carey Dimmit de la Universidad de Massachusetts, sobre la importancia e impacto que la institución educativa tiene al generar espacios de respeto, en donde no sólo se establecen normas de convivencia, sino que éstas propician esos espacios de socialización y de práctica del respeto. La académica dijo que se deben entregar oportunidades legítimas para que los estudiantes tomen el poder en pos del cuidado mutuo y la no violencia, además de articular estrategias para los adultos que trabajan con los niños, pues todos y cada uno de los participantes de la escuela son responsables de mejorar la vida escolar.
Por otro lado, Claudia Carrasco, coordinadora del grupo PACES de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso sostuvo que la segregación, presente en el sistema educativo chileno también es un factor que incide en la rabia y el descontento de los niños y niñas. Ante ello, el desafío es poder avanzar junto con las autoridades en aplicar nuevas medidas de inclusión en las escuelas, pero también hacerse cargo de una serie de situaciones y conflictos sociales que afectan la convivencia diaria en los establecimientos educacionales.
Tal como dijo el decano de la Facultad de Filosofía y Educación de la PUCV, José Marín, «el impacto de las investigaciones en humanidades y ciencias sociales se aprecia a largo plazo, entonces es necesario que estos estudios se apliquen a las políticas públicas para que éstas puedan -en definitiva- subsanar lo que ya está diagnosticado».