La nueva malla responde a los desafíos contemporáneos de nuestra profesión
Por Dafne Moncada
En Chile en el ámbito educacional, así como en muchos otros planos sociales, estamos en un terreno de crisis y grandes transformaciones que afectan a las personas. Así lo dejaron de manifiesto las movilizaciones estudiantiles de los años 2010 y 2011. Fenómenos múltiples están convergiendo. La calidad y la gratuidad son temas en la palestra, y tal como lo ha demostrado el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ahora la felicidad es un tema importante para medir el desarrollo. La Psicología como disciplina no está ajena a este contexto. Y esto se evidencia tanto en el campo clínico, como en los campos laboral, comunitario y educacional. En este contexto desde el año 2012 se comenzó a implementar una nueva malla. Ésta, a juicio de la resolución que acredita nuestra carrera por 6 años, “introduce cambios significativos que asegurarían una disminución de los tiempos de titulación, al incluir práctica profesional y tesis en ese lapso. Además incorpora nuevas áreas de desarrollo pertinentes a las necesidades del medio y presenta una mayor articulación de contenidos entre asignaturas”. Esto en el contexto de un perfil de egreso que, según la misma comisión, “resuelve adecuadamente la orientación teórico-práctica, incorpora la formación integral, explicita con mayor claridad una visión de psicólogo en un contexto de formación continua y, responde a las nuevas tendencias observadas en el campo laboral de la disciplina”. Con esto la Escuela de Psicología refuerza su compromiso con la excelencia en la formación de Psicólogas/os en el contexto de las actuales transformaciones que vive nuestro país y continente.
Sin embargo este compromiso no se evidencia sólo en este cambio de malla curricular, sino también en los énfasis y líneas de investigación que dirigen los académicos de la Escuela. Éstas líneas se relacionan con el contexto sociopolítico del nuestro país y de América Latina, ya que es cada vez más claro que el individuo no es un sujeto aislado, es un agente activo que afecta y se ve afectado por su entorno inmediato: su familia, su espacio de trabajo, su cultura y territorio. Conversamos con Vicente Sisto sobre estos cambios y cómo estos se relacionan con la Escuela de Psicología.
Vicente, ¿qué elemento destacarías como importante en estas transformaciones?
Ha habido una cierta transformación social donde cada vez aparece como más relevante el tema relacional en los distintos ámbitos. Gran parte del ejercicio clínico, ha derivado en perspectivas más relacionales. Tanto el Psicoanálisis, como las perspectivas Post-racionalistas y las Teorías Sistemáticas, durante las últimas décadas han enfatizado el campo relacional como un campo fundamental para el bienestar de las personas, familias y comunidades. Esto también se muestra en el fortalecimiento de otras áreas de la Psicología como la Educacional, la Laboral y la Social Comunitaria, ámbitos en los cuales trabajan más de la mitad de los psicólogos. Es así que ha crecido notoriamente la demanda de profesionales capaces de transformar e intervenir espacios relacionales. Todo lo que es desarrollo social y comunitario, las políticas públicas, incluso de seguridad ciudadana, hoy se orientan hacia ello.
¿Qué explicación podrían tener estos cambios?
Ha habido una suerte de psicologización de la sociedad. La psicología siempre fue fuerte en investigación psicosocial, si uno ve todo lo que es gestión de recursos humanos en organizaciones, toda ella está claramente basada en investigación realizada por psicólogos, independientemente que se enseñe en ingeniería comercial. Conceptos como liderazgo, desarrollo organizacional, entre otros emergen del trabajo investigativo con grupos y organizaciones realizadas preferentemente por psicólogos. Sin embargo sí es nueva la cada vez más notoria integración profesional del psicólogo en ámbitos muy heterogéneos, distintos a la clínica. Como señalo, esto tiene que ver por una parte, con un desarrollo de la disciplina, pero, por otra parte, con una transformación social que demanda a la Psicología. Es impresionante el número de psicólogos que ahora trabajan en el ámbito judicial, en las políticas sociales, en empresas. Actualmente, la mayor parte de los asesores de la ley SEP (Subvención Escolar Preferencial) son psicólogos, y son probablemente los más capacitados.
¿Qué hace que estén más capacitados los psicólogos para intervenir en estas áreas?
Nosotros tenemos una formación en la intervención en el campo microsocial, que es el campo de las relaciones cotidianas. Eso lo da por una parte la formación clínica, pero también por lo que ha sido la tradición en investigación psicosocial, fundamento de gran parte los nuevos campos profesionales de la Psicología.
La Escuela de Psicología ha realizado importantes cambios en su malla curricular, cambios que han sido destacados incluso por la institución acreditadora, Qualitas, ¿Qué elementos conjuga esta malla?
Hace pocos días en un encuentro entre los directores de las Escuelas de Psicología Acreditadas, nos correspondió a cada Escuela exponer su curriculum. El nuestro generó sorpresa y satisfacción. Desde hace más de una década existe el acuerda de que la formación en pregrado debe ser generalista, es decir que cada egresado debe ser capaz de desempeñarse en los distintos ámbitos profesionales. La especialización se realiza después, bajo el formato de postítulo y postgrado. Esto implica un gran desafío para las escuelas: formar un psicólogo que se titule en 5 años, capaz de tener herramientas suficientes para desenvolverse en diversos ámbitos profesionales.
Nuestra malla, tal como señaló la comisión acreditadora, se caracteriza precisamente por enfatizar esta articulación entre lo teórico y lo práctico. Esta articulación se hace cada vez más profesionalizante a lo largo del progreso de la malla. El 4º año consolida esta formación a través de los Talleres Clínicos, Educacionales y Social-Comunitario y Organizacional. Estos talleres son pre-prácticas, propiamente tales. Así cada estudiante tiene un año completo de pre-práctica clínica, un año completo de pre-práctica educacional, así como un semestre de pre-práctica comunitaria y otro semestre de pre-práctica organizacional. Este es un modelo único en Chile en la formación de Psicólogos. Por ello nuestro modelo fue evaluado por los directores de las otras Escuelas de Psicología como un modelo único y ejemplar.
Si bien, con la nueva malla hemos acortado el tiempo de titulación a 5 años, incluyendo en ese período la tesis y la práctica, mantuvimos los talleres, que provenían de la antigua malla, ya que estos logran combinar lo que es la formación conceptual con la formación práctica y nos permite formar los criterios profesionales que le permitirán a cada titulado combinar herramientas conceptuales y prácticas provenientes de diversos ámbitos de especialización en su ejercicio profesional.
¿A qué responde este modelo curricular?
Actualmente la mayor parte de los profesionales se desempeñan en varios ámbitos de la psicología a la vez. Hacen práctica clínica, asesoran un colegio desde una perspectiva educacional y además hacen una capacitación o una consultoría en el ámbito laboral o trabajan en un proyecto de intervención psicosocial.
La mayor parte de los egresados de las escuelas de psicología de Chile están enfrentando demandas muy heterogéneas. Por ello las Escuelas de Psicología Acreditadas, hemos coincidido en que la formación debe permitir que cada titulado pueda tener la capacidad de desempeñarse satisfactoriamente en cada uno de esto ámbitos tan distintos. Por ello, nuestro modelo resulta único y ejemplar.
¿Cómo ha resultado esto en la práctica?
Las intervenciones que realizan los estudiantes son muy interesantes, porque esta capacidad analítica que tienen les permite abordar las intervenciones desde una perspectiva más amplia. Esto fue relevado por la agencia de Acreditación Qualitas, que señaló como uno de nuestros fuertes más grandes esta articulación entre lo práctico y lo teórico y que la nueva malla responde a los desafíos contemporáneos de nuestra profesión.
La mayor parte de las Escuelas de Psicología se caracterizan por el hecho de que los cursos los dan profesores que no son de planta, o tienen media jornada o menos. ¿Cómo es esto en la PUCV?
El 70% de los cursos los hacen profesores de planta que están jornada completa, es decir, son profesores que están trabajando exclusivamente en la Universidad. Esto lo combinamos con otros profesores que son muy destacados en el ámbito profesional. Es importante para una Escuela de Psicología mantener esta combinación entre profesores que tienen jornadas completas y profesores que tienen jornadas parciales que son muy destacados en el ámbito profesional. Sin embargo, es necesario cuidar que la mayoría de profesores sí sean de planta y jornada completa, como ocurre acá. Los profesores que trabajan jornada completa en nuestra escuela, todos ellos son investigadores, cada uno de ellos es investigador responsable o co-investigador de proyectos financiados por CONICYT. Esto es una situación que no se da en ningún otra Escuela en Chile, que el 100% de los profesores jornada completa sean investigadores de proyectos Fondecyt o CONICYT, que es como se produce el conocimiento científico en Chile.
Ahora, ustedes articulan la investigación a ámbitos reales de la vida social, ¿cómo se da esto?
El que seamos investigadores no significa que estemos metidos en los libros. Hacemos investigación de los procesos sociales y psicológicos que está afrontando nuestro país, nuestras comunidades locales, nuestras familiar, las personas reales. Entonces yo, por ejemplo, mañana voy a estar en un consultorio, luego voy a una reunión con una ONG y en la mañana estaré con profesionales de la salud primaria. Eso es investigación, la investigación conecta a la formación. Desde ese punto de vista esta Escuela no sólo reproduce conocimiento que se produce en aulas europeas, en aulas norteamericanas. Esta escuela crea conocimientos. Esta escuela de psicología crea conocimiento, y es destacada en eso a nivel nacional y latinoamericano.
Finalmente, ¿cómo se refleja esto en la práctica de los docentes?
No es raro que nuestros profesores sean invitados a dar clases a Universidades de Estados Unidos, Italia, España, Colombia, Argentina, Brasil. Nosotros continuamente vamos a dar clases como profesores invitados a otras universidades y eso tiene que ver con nuestro trabajo como investigadores, y eso se plasma en nuestras prácticas docentes.
Así, por ejemplo, cuando hago clases de psicología social, yo hablo de la teoría psicosocial norteamericana, de la teoría europea o latinoamericana, pero también en función del conocimiento que hemos construido desde la investigación en función de lo que son los problemas sociales chilenos, y en función de cómo estas herramientas conceptuales y metodológicas sirven para comprender lo que está pasando, para analizarlo e intervenir en estos campos. Esto mismo ocurre en la formación clínica, educacional y organizacional.
Entonces, por una parte nuestra malla logra combinar lo teórico con lo práctico, logrando una formación sumamente completa, pero además profundamente ligada a nuestro trabajo como profesionales e investigadores, creando conocimiento de la Psicología acá en Chile.